lunes, 18 de noviembre de 2013

Plan de Ordenamiento Territorial y nuevo proyecto de ciudad

Colectivo Pachakuti
colectivopachakuti@gmail.com

Ciudad de negocios, de predominio de los capitales financiero, comercial y de servicios, integrada con una región en la que predomina el capital industrial explotador de recursos minero-energéticos, todo en un ambiente en el que la cultura política es reemplazada por la cultura del emprendimiento, la innovación y la competitividad, y donde la famosa inversión social prioriza la producción de una imagen urbana atractiva a los inversionistas y en la realización de macro-eventos como mundiales deportivos, congresos de bancos internacionales, mega-conciertos, eventos de moda, ferias turísticas, encuentros de organizaciones multilaterales, etc.

Así es como nos vamos damos cuenta de lo que está sucediendo con la ciudad real, no la que crece con el nombre de Medellín (la marca comercial, habría que decir), sino esta que crece en la tierra. Porque, más que preguntarnos qué es Medellín, y responder, como hace la Alcaldía, que es una idea, un proyecto económico, un imaginario, una percepción, o una matriz internacional de negocios; habría que preguntar quién es Medellín, qué población la compone, la habita, y qué está sucediendo con ella.

Nos enteramos de que el presupuesto directamente invertido en “calidad de vida” y en cuya asignación incide la “ciudadanía” es el famoso presupuesto participativo que nos ha puesto a competir por las migajas que nos “regala” la Administración. Además de ser una fracción irrisoria del presupuesto total (5%), y que quienes se quedan con la mayor tajada no son las comunidades sino los paramilitares legalizados, ha sido claro el hecho de que no resuelve los problemas de pobreza, exclusión, marginación y desigualdad, ya que esos son problemas estructurales y generalizados, que nunca podrán ser resueltos con recursos focalizados para aliviar situaciones de pobreza, porque la pobreza en Medellín ni es una situación ni es focalizada, es una condición y es generalizada


Nos enteramos de que Medellín “la más educada” ha priorizado la educación primaria, secundaria y a lo sumo técnica y virtual, ya que lo que ha pretendido es formar una masa trabajadora con cualificación técnica básica para cumplir las labores de servicio que nos ofrecen los inversionistas extranjeros, valga decir call centers y demás centros de atención al cliente. Porque ahora el grueso de la población urbana con trabajo formal son empleados de bancos, empleados de casinos, empleados de centros comerciales, empleados de grandes cadenas de almacenes, etc.

La población que no quepa allí no va a ser tenida en cuenta en el proyecto de ciudad, va a ser marginada, va a ser expulsada literalmente. Si rebusca en el “espacio público” (espacio de los proyectos de intervención urbanística) será desplazada, si vive en esos espacios centrales “estratégicos” será expropiada y desplazada, si vive en las laderas periféricas igual será expropiada y desplazada. Y si vive en un barrio y se organiza con la comunidad para resistir esa marginación y exigir el cumplimiento de unos derechos que el Estado Nacional le prometió en un libro llamado Constitución, entonces ahí sí que también es expropiada y desplazada por las fuerzas irregulares del Estado, por la anteriormente llamada Donbernabilidad, ahora disfrazada de Parque Biblioteca y Metrocable.



El P.O.T. como plan estratégico de la burguesía en el territorio de Medellín

El Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín parte de un “imaginario de ciudad” que supuestamente tenemos todos los que la habitamos (porque habría sido supuestamente construido “con visiones de diversos grupos sociales, manifestadas a través de amplios procesos participativos...”). Ese imaginario, según ellos, es: “ciudad competitiva, ambientalmente sostenible [¿qué entiende por sostenibilidad la Alcaldía?], socialmente equilibrada, acogedora [de los turistas extranjeros] e integrada espacial y funcionalmente a partir de los ejes estructurantes y del sistema de centralidades”

Yo pregunto simplemente: ¿así nos soñamos esta ciudad quienes la habitamos? Y sospecho que no... Entonces, ¿quién la quiere así?, ¿a quién le conviene ese “imaginario”? Echemos solo un vistazo a los objetivos del POT para darnos cuenta de los intereses que están allí plasmados y arrojar pistas a esos interrogantes.

El primer objetivo es consolidar una plataforma metropolitana y regional competitiva. Con plataforma obviamente hacen alusión a centro económico, para lo cual se proponen impulsar proyectos científicos, culturales y comerciales. Al ser este el primero, marca de entrada el talante eminentemente económico, no “social” ni político, de la planeación del territorio urbano. Frente a eso hay que decir: primero las necesidades que las ganancias!

El segundo objetivo es poner en el centro de atención el medio natural, y concebirlo como espacio público, por lo cual se propone restringir el crecimiento periférico de la ciudad mediante “cinturones verdes de contención”. Sobra decir que aquí con argumentos ecológicos vienen implementando un proceso de marginación y exclusión. A los que están allí en las laderas se los hará salir, a los que pretendían entrar por su condición de desplazados, se les impedirá hacerlo. Las comunidades de las comunas 1, 3 y 8 ya lo saben bien, que el cinturón “verde olivo” o “jardín de dudas” no nos conviene a nosotros sino a ellos, pero para enfrentar este objetivo y ser tenidas en cuenta en su implementación deben redoblar sus esfuerzos de organización para la movilización, la luchas y la resistencia.

El tercer objetivo es convertir el espacio público en integrador social y productor de ciudadanía, con lo cual se están refiriendo básicamente al Metro, o sea, producir ciudadanos-metro con “cultura Metro” lo cual no es sino la ideología con la que nos quieren controlar y convertir en seres obedientes y sumisos, que estén acostumbrados a recibir órdenes por altoparlantes o de algún uniformado sobre cómo comportarnos y cómo no comportarnos, porque de lo contrario seremos castigados. También debemos generar formas de resistencia a ese control represivo.

El cuarto es que la ciudad crezca hacia adentro y racionalmente, con lo cual quieren decir implementar la “densificación” (hiperaglomeración) del centro y el “freno” (represión coactiva) al crecimiento en los bordes. No sobra decir que el centro quedará destinado a los más ricos y la periferia, hasta donde ellos digan, para nosotros. No por casualidad han desplazado a los pobladores de Moravia y han pretendido hacer lo mismo con La Iguaná y otras comunidades asentadas en zonas centrales y cercanas al río, porque el río Aburrá y en general toda la zona baja de la ciudad será destinada a proyectos turísticos, de negocios y de servicios. Y a vivienda a muy alto precio, para quien pueda pagarlas. Con la lucha organizada tenemos que decirles bien claro: esta ciudad también es de nosotras las comunidades, tenemos derecho a la ciudad, tenemos derecho al centro y a todo el territorio urbano, sobre todo donde estamos asentadas. No hay mejor forma de expresarlo que tomándonos las calles y los espacios públicos centrales.

El quinto objetivo es la productividad ambiental y sostenible, lo cual remite a la urbanización gradual de las áreas rurales y al control sobre el “excesivo fraccionamiento del suelo”, con lo cual se pretende impedir las actividades económicas campesinas (cultivos de pancoger) en áreas que se estipulen para otras actividades, por ejemplo el ecoturismo. Esto ya se está viviendo en los corregimientos como Santa Elena, que con organización y movilización ha sabido resistir a los atropellos del “Túnel de Oriente” y el “Parque Arví”, obras para el beneficio de otros y que nos perjudican en nuestros territorios, como es también el caso del monorriel de Ayacucho, al que también hay que resistirle y exigir consulta y planeación conjunta con las comunidades afectadas.

El sexto objetivo es un sistema integrado de transporte masivo como nuevo modelo de movilidad, con lo cual se espera tener un mayor control sobre la ciudadanía y un monopolio sobre los transportes, expulsando del mercado laboral a conductores y dueños de autobuses. Nuevos sectores que se ven afectados por los planes macabros de la burguesía deberán irse sumando al caudal de luchas urbanas. Los transportadores también exigen empleo y vida digna!

El séptimo objetivo es convertir el barrio en la unidad básica “abierta, permeable, dotada de espacio público, equipamientos y una variada oferta de actividades complementarias”. Con este objetivo se pretende, por un lado, que el espacio en el que están los barrios se sume a los proyectos de intervención urbanística, a expensas de las viviendas (porque prima el llamado “interés general” -atracción de inversionistas- sobre el llamado “interés particular” -vida digna de la población habitante-). Por otra parte, que la gente de los barrios tenga todo allí, que incluso tenga su actividad económica informal allí en su casa, y el servicio de salud, educación y comercio allí en el barrio, con el fin de que no tenga qué ir al centro, porque el centro es para los grandes negocios internacionales, no para nosotros que para ellos somos la chusma. No sabemos si ese objetivo, tan parecido a nuestra bandera de mejoramiento integral de barrios, vaya a ser cumplido. Pero, en todo caso, parece ser de doble filo, posiblemente una nueva estrategia de exclusión, segregación y confinamiento.

El octavo y último objetivo es contribuir a la equidad y la participación, y una cultura de la planeación y gestión urbanísitica. Este es el objetivo que nos remite propiamente al proceso de legitimación, por vía ideológica, del proyecto de nueva ciudad: que participemos felices y contentos en la planeación de nuestra propia exclusión y marginación. No nos dejemos engañar, exijamos participación efectiva y decisoria en los planes urbanos.

Estos objetivos del POT no tienen en sí mismos asignación presupuestal, y tampoco un período de tiempo fijo definido, por lo que su efectiva materialización depende principalmente de los Planes de Desarrollo Municipales (PDM). El actual POT, y el proyecto de ciudad que formaliza, ha pasado por cuatro administraciones municipales (Pérez, Fajardo, Salazar, Gaviria), que lo han impulsado. Como puede verse, es más que evidente la estrecha relación entre el POT y el PDM, puesto que, más que interpretar esos documentos como herramientas de política pública y financiera construidas democráticamente con participación de la ciudadanía, me inclino por la interpretación que magistralmente nos brinda Vilma Liliana Franco en su libro Medellín: orden, desigualdad, fragilidad: “...más que ser propósito de un solo gobierno o estar circunscrita al tiempo episódico de la política, es expresión del nuevo consenso entre los sectores económica y políticamente dominantes sobre la reorganización del espacio urbano-regional y la función económica de la ciudad metropolitana.”

Por supuesto que el actual POT y el actual PDM no coinciden con el consenso popular, consenso que debemos construir con base en nuestros Planes de Vida y nuestra voluntad para unirnos con las comunidades de otros barrios, de otras comunas y de la ciudad toda, pero además con otros movimientos sociales, para conformar un verdadero Movimiento Urbano con capacidad de incidencia en los planes que nos afectan y nos conciernen a todos.

Si todos tenemos estos elementos claros, entonces no cabrá duda de que hay que unir cada vez más y más esfuerzos, con cada vez más y más personas de la ciudad para que juntos podamos incidir sobre la reforma al POT que se va a realizar el próximo año 2014. Pero además, también sabremos que ante todo esta debe ser una lucha más entre las muchas que se han dado, y a la vez una preparación para otras luchas de mayor envergadura que en el futuro habrá que afrontar, valga decirlo, por nuestra construcción del próximo Plan de Desarrollo Municipal (2016-1019) acorde a nuestras necesidades e intereses como pueblo de Medellín. La Escuela Interbarrial de Desconectados es un proceso importantísimo que debe continuar generando formación, conciencia crítica y difusión de todos estos temas, constituyéndose desde ya en el referente central de la lucha por la dignidad del pueblo de Medellín.




LUCHANDO UNIDOS... VENCEREMOS!
PORQUE SI NO LUCHAMOS... NOS JODEMOS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario